miércoles, 5 de diciembre de 2007

Dimensión de La Pobreza

La problemática de este cáncer que solo vemos en nuestros barrios marginados, campos e instituciones como las cárceles y hospitales públicos, registran altos porcentajes de crecimiento.
En las últimas décadas nuestros servicios básicos han decaído en un 60%. Gracias a la falta de seguimiento de nuestras autoridades no existen sistemas pluviales adecuados, una vez que enfrentamos lluvias, nuestras vías de acceso se inundan provocando entaponamientos y deslizamientos de tierras en los lugares bajos de nuestro territorio.
En cuanto a salud y mortalidad infantil y adulta, las cifras hablan de que el 18% al 20% en niños que son abandonados en centros públicos con SIDA a causa de la irresponsabilidad de los padres.
El desempleo generalizado en muchos sectores de la sociedad, da lugar a la emigración incesante en busca de nuevas oportunidades. Estas por lo general se hacen en embarcaciones pequeñas sobrecargadas, donde los tripulantes arriesgan sus vidas y sus propias esperanzas de ayudarse y brindarles una vida decente a los familiares que aquí dejan. El porcentaje sin lugar a especulaciones es de hasta un 6% anual.
CRECIMIENTO ECONÓMICO Y REDUCCIÓN DE LA POBREZA
El crecimiento económico en la República Dominicana debe ser sostenido y sus beneficios distribuidos al 30% de la población la cual vive en la pobreza.
Durante casi una década, la República Dominicana ha disfrutado de un alto crecimiento económico, convirtiéndola en la envidia de sus países vecinos en América Latina. El crecimiento reduce la pobreza; sin embargo, todavía existe mucha pobreza, sobre todo cuando la comparamos con la de otros países tales como los de Asia Oriental que tienen tasas de crecimiento similares.
El crecimiento económico sostenido es un pre-requisito para mejorar la calidad de vida de los pobres, pero no se garantiza una tasa creciente continua. Por lo tanto, la República Dominicana debe consolidar la reforma de las políticas y de las instituciones económicas, que son la base para el crecimiento de esta década, y la aplicación en el sector industrial y agrícola, que son los sectores económicos que no han tenido crecimiento o competitividad.
También debe de hacer sostenible el crecimiento económico, el reforzamiento de las instituciones y prestar mas atención ante la vulnerabilidad del país a los desastres naturales, a las sacudidas económicas y a la degradación del capital humano y la base de los recursos naturales.
Finalmente, se debe dar asistencia donde está centralizada la pobreza en las zonas rurales, el área de la frontera con Haití y en las comunidades de los bateyes.
El turismo, las zonas francas y las telecomunicaciones han sido las principales fuentes de crecimiento en la economía dominicana. El crecimiento estelar de estos sectores en dicha economía, aunado a los flujos continuos de remesas y al aumento en las construcciones, ha disminuido la necesidad de nuevas reformas económicas. Las ineficiencias ocultas y el proteccionismo en sectores como la agricultura y la industria, han dejado al país mal preparado para enfrentar con un lento crecimiento económico o con sacudidas económicas extranjeras. Como resultado, la competitividad de la República Dominicana frente a otros países ha disminuido y ha perdido la oportunidad de que los pobres puedan beneficiarse en una mayor medida a pesar del aumento en los gastos sociales y desarrollo de sectores productivos más accesibles a las zonas rurales pobres.
Deben haber reformas de Políticas Económicas Claves. El clima de inversión y las políticas de comercio deberán mejorarse, para que sirvan de base a la expansión en la creación de oportunidades de empleos, especialmente en turismo, agro empresas, micro industria y desarrollo de pequeños negocios. Las políticas del sector fiscal y financiero limitan el desarrollo e inversión comercial, disminuyen la competencia e incrementan el riesgo a los ahorrantes e inversionistas. El crecimiento de pequeños negocios y microempresas está restringido por: falta de crédito, altas tasas de interés, falta de supervisión adecuada en las instituciones financieras para micro y pequeñas empresas, habilidad empresarial insuficiente, poco acceso a la tecnología, y requisitos burocráticos. Políticas energéticas defectuosas son la mayor carga para la competitividad, particularmente en las zonas rurales.
Recientemente, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) revelo que a pesar del espectacular crecimiento económico de la segunda mitad de los noventa, el país retrocedió ocho posiciones en el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Esto no quiere decir que el país experimento un retroceso absoluto de la calidad de vida, pero por lo menos uno relativo comparado con los demás países. Además de preocupante, la revelación es intrigante ¿Cómo fue posible que mientras la Republica Dominicana sobrepaso a casi todos los países del mundo en crecimiento económico, se quedo atrás en materia de calidad de vida de sus ciudadanos? Con mucha razón, algunas voces han indicado que el Estado no ha jugado el rol redistributivo que le corresponde, denunciando la ausencia de políticas sociales efectivas que contribuyan a reducirla pobreza.
A juzgar por las cifras, además de frágil, el crecimiento se ha concentrado en sectores de escasa generación de empleos como telecomunicaciones, comercio y servicios a estratos de altos ingresos y en sectores de empleos precarios como construcción, zonas francas y turismo. Aunque el desempleo bajo y el salario promedio subió, esto fue insuficiente.
Los beneficios del crecimiento quedaron en pocas manos. Por lo tanto, si la calidad del crecimiento es co-responsable de la calidad de vida, la reducción de la pobreza también esta vinculada a las políticas de crecimiento.
No basta con crecer: hay que crecer con calidad.
No basta con Política social: hay que tener políticas que promuevan el crecimiento de actividades que generen empleos estables y de calidad. No se debe seguir creciendo a ciegas, solo sobre la base de la baja inflación. Tampoco manteniendo salarios bajos para ser competitivos. Eso es como morderse la cola.
Aunque suene a herejía, la política económica no debe ser neutral sino que debe incentivar sectores y empresas que, además de tener potencial de desarrollo, contribuyan a elevar los salarios y la calidad de los empleos en toda la economía.
Generalmente, estas actividades tienen un alto contenido tecnológico, y se las puede encontrar en la industria y los servicios vinculados a la producción. No debemos conformarnos con altas tasas de crecimiento y debemos ser conscientes que el contenido del crecimiento es un asunto estratégico.

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