miércoles, 5 de diciembre de 2007

INDICADORES DE POBREZA

EL Banco Mundial consideraba en 1998 a un individuo como extremadamente pobre en la República Dominicana si su gasto mensual era inferior a RD$396.20 pesos y como pobre si era menor que RD$867.70 pesos (US$26.60 y US$58.20 dólares, respectivamente, utilizando la tasa de cambio de ese año).
Se puede decir con un grado de confianza razonable que el porcentaje de población por debajo de la línea de pobreza ha disminuido desde 1986 (sobre todo de 1992 a 1998), al pasar de 37.5% en 1986 a 28.6% en 1998; los indicadores de pobreza extrema también reflejan una mejoría.
Según el Banco Mundial, el crecimiento económico impulsó la reducción de la pobreza dominicana en 1986-1998, lo que puede tener su origen en dos causas principales: el efecto del crecimiento en la pobreza (un cambio en el nivel medio de ingreso a un nivel dado de desigualdad en la distribución del ingreso) y el efecto distributivo (un cambio en la desigualdad a un ingreso medio dado).
En el período 1986-1998 el crecimiento económico redujo la pobreza 9.3%, mientras que el efecto de distribución la incrementó en 3.9%. Eso significa que el crecimiento del ingreso medio real explica 91.2% de la disminución de la incidencia de la pobreza. Si se analizan esos datos, se aprecia la importancia que el Banco Mundial otorga al efecto de distribución del ingreso, que determina que la tasa de pobreza sea mayor o menor para determinado crecimiento económico. En el caso dominicano, si la distribución del ingreso adicional generado por dicho crecimiento hubiese sido más equitativa, la reducción en la pobreza hubiera resultado más evidente.
Prueba de la importancia que el Banco Mundial otorga al efecto de crecimiento como medida necesaria para diluir la pobreza es la proyección de la reducción de la pobreza que realiza con distintas tasas de crecimiento manteniendo constante el efecto de distribución del ingreso.
Si el crecimiento económico del país se mantuviese a una tasa media de 7%, las tasas de pobreza se reducirían de manera considerable, lo que demuestra su sensibilidad ante determinadas tasas de crecimiento.
En resumen, el Banco Mundial considera que las causas de la pobreza suelen estar relacionadas con el crecimiento económico del país y que la clave radica en la distribución del ingreso.
Por ello, el grado en el que se reducen las tasas de pobreza para un crecimiento económico dado se determina mediante la distribución nacional del ingreso adicional generado por éste. Cuanto más equitativa sea la distribución del ingreso más caerán las tasas de pobreza.
Para que la República Dominicana evalúe y aplique con eficiencia sus políticas económicas y sociales, debe apoyarse en indicadores de pobreza y de concentración del ingreso que le indiquen los avances de los indicadores sociales básicos. Sin duda los de desarrollo humano del PNUD ofrecen una buena aproximación.
La República Dominicana se sitúa entre los países con un desarrollo humano medio, posición semejante a la ocupada desde 1990. De un total de 174 países, en 2000 ocupó el lugar 87, con un IDH de 0.729 (en peor situación que países como Cuba con el 56, Panamá con el 59 y Brasil con el 74) El índice de Gini, que permite una aproximación numérica a la desigualdad, se situaba en 1999 en América Latina en un promedio de 0.52 La República Dominicana tenía en 1998 un coeficiente de 0.456, algo inferior al de 0.482 de 1992, lo que demuestra la disminución de la desigualdad del ingreso, lo cual es positivo pero no suficiente al compararse con los avances producidos en el crecimiento y la reducción de la pobreza. Sin duda, los últimos períodos de estabilidad macroeconómica han coincidido con una menor concentración del ingreso, mientras que los períodos de recesión (años ochenta), unidos a aumentos sostenidos de precios, llevaron a una mayor concentración.
De la Encuesta de Gastos e Ingresos dominicana de 1998 se desprenden los datos significativos que se describen enseguida:
· Existe una correlación positiva entre el nivel de educación del jefe de hogar y el ingreso promedio del hogar.
· El tamaño del hogar (número de miembros) ejerce una influencia significativa en el grado de bienestar, siendo aquél menor conforme crece el nivel de ingreso.
· Cuanto mayor es el ingreso de un hogar, mayor es la posibilidad de criar hijos más educados que los padres e incrementar su participación en el ingreso total. Esto anima a favorecer el acceso a la educación de los hogares más pobres.
· En la esfera macroeconómica, la estabilidad de precios es un elemento importante para evitar la concentración del ingreso. Las políticas que aceleran la inflación o generan un crecimiento no sustentable de las actividades productivas tienden a concentrar los ingresos.
El financiamiento del déficit público mediante créditos internos del banco central ocasiona un incremento de la demanda.
Esto genera un mayor crecimiento de las actividades productivas y un incremento del empleo que aumenta temporalmente los ingresos de las personas más pobres, pero que a medio plazo ve cómo esos beneficios desaparecen. Al subir los precios de los bienes sube la inflación, lo que detona los mecanismos de indización de rentas. Al ser estos mecanismos más eficientes cuanto mayores son los ingresos, la aceleración de la tasa de inflación traslada los ingresos de las personas pobres hacia las más ricas.

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