miércoles, 5 de diciembre de 2007

SUCESOS ECONOMICOS RELACIONADOS CON LA POBREZA

Después del proceso de ajuste iniciado a principios de los años noventa, las perspectivas de crecimiento económico para la República Dominicana siguen siendo vigorosas. Desde 1992, el crecimiento económico promedio anual ha sido superior al 6% y durante los últimos tres años ha superado el 8%.
Esto significa que la economía dominicana es la de más rápido crecimiento en América Latina.
Las Zonas de Libre Comercio (FTZ por sus siglas in ingles) industrial y los sectores del turismo, telecomunicaciones y construcción han sido las principales fuentes de crecimiento, como se indico anteriormente, con tasas mayores al 10% anual.
Las Zonas de Libre Comercio y el turismo se han desarrollado en forma aislada con respecto al entorno comercial general del país: la legislación ha protegido los derechos de los inversionistas extranjeros, una estructura tributaria especial ha proporcionado un escenario equitativo para los nuevos participantes locales y extranjeros en la industria, y un ambiente competitivo ha favorecido la innovación. En cambio, la industria y la agricultura tradicionales han seguido funcionando dentro de un marco de fuerte intervención del Estado y mínima competencia, lo que genera pocos incentivos para mejorar la eficiencia de los monopolios estatales en sectores decisivos como el del petróleo y la electricidad (recién privatizada). En el aspecto externo, el aumento del déficit de la balanza comercial ha sido compensado en gran medida por las utilidades del turismo, que ahora superan los US$4 mil millones al año, y por el crecimiento en las Zonas de Libre Comercio, que albergan a más de 400 compañías, emplean a 200,000 personas y tienen exportaciones anuales netas por casi US$1,000 millones.
En 1999, la inversión extranjera directa creció más del 90% (a US$1,35 millones) y el déficit en cuenta corriente alcanzó el 3,0% del PIB. En el aspecto fiscal, el déficit del gobierno central para el año 1999 fue del 0,4% del PIB. La fuerte tasa de crecimiento de los ingresos fiscales se ha consolidado aproximadamente en el 12,5%. La inversión pública más alta, que en los últimos dos años ha aumentado en un 30% anual, se ha financiado con la deuda interna de los bancos comerciales.A pesar de los progresos en la administración macroeconómica, los indicadores sociales se mantienen flojos. Más del 25% de los dominicanos vive bajo la línea de pobreza y gran parte de este porcentaje reside en las áreas rurales. Después de años de gasto mal distribuido, los indicadores sociales se han mantenido bajos en comparación con países que se encuentran en similares etapas de desarrollo. La prestación de servicios sigue siendo una tarea difícil debido al exceso de centralización que ha caracterizado al estado desde la era de Trujillo y Balaguer.

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